En el lenguaje informal todos sabemos lo que significa abrir un melón: sacar un tema embarazoso o doloroso que demanda más atención de lo normal.
Suele ocurrir que nos llevamos varios días, meses, años, con algo que nos corroe por dentro, un pensamiento, una conversación pendiente en la cabeza que no terminamos de sacar. Como nuestra vida no depende de ello, la postergamos hasta que un día, por algún u otro motivo, tomamos la decisión de expresarlo.
El arte de elegir bien el momento en el que expresar nuestras cavilaciones internas se perfecciona a la vez que desarrollas la conexión con tu Alma. Intuitivamente sabes cuándo es el momento.
Desgraciadamente, muchas personas todavía no han desarrollado esta habilidad y no escogen el momento adecuado para "abrir el melón". Peor aún, una vez abierto, tardan en comérselo.
Es genial expresar lo que uno siente desde hace tiempo con la finalidad de liberarse y poner la energía en su sitio. Sin embargo, hemos de saber que si vamos a abrir una herida, hay que saber hacerle un seguimiento adecuado, si no el melón puede terminar pudriéndose.
Un ejemplo muy sencillo: llevas años queriendo decirle a esa persona que eso te dolió, que te sentiste utilizado, que consideras se cometió una injusticia. Le envías un email, te desahogas, consigues el alivio anhelado, liberas tu Alma. La persona que aparentemente te hizo daño te responde con intención de solucionar o aclarar o disculparse, y luego tú no eres capaz de mantener ese seguimiento, con lo cuál, lo que has hecho es que has abierto un melón y estás dejando que se pudra. En otras palabras, has traspasado tu carga a la otra persona y la has dejado desamparada y en un limbo que no comprende. Si esta persona no sabe gestionar la espera, va a perder energía.
Esto no está equilibrado, por lo que no es sano. Antes de querer poner las cosas en su sitio, evalúa cómo de desordenada está la habitación, porque quizás no basta con cambiar el jarrón de sitio. Quizás hay que limpiar un poco más en profundidad y para ello se necesita la energía de ambos.
Un consejo para tod@s aquell@s que quieran abrir melones en estos momentos:
Pregúntate para qué vas a hacerlo. Si el motivo es meramente egoísta, no lo hagas. Si por el contrario, quieres desbloquear un flujo de energía que beneficie a ambos, no te olvides de llegar hasta el final y pensar en la sanación de ambos.
Respeta los tiempos. ¡No lo demores demasiado! Recuerda que el melón puede pudrirse y quizás no sea en tu casa, pero sí en la de la otra persona. A menos que ésta lo meta en el congelador, las consecuencias pueden ser desagradables (olores, moscas...) Después no te quejes si la otra persona te lo echa en cara, es natural...Mantén el ritmo sano.
Asegúrate que tienes energía suficiente para tramitarlo. Hasta que no se equilibre la energía, no lo des por terminado. De nuevo, respeta el ciclo de vida y muerte para que la transmutación sea efectiva.
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